martes, 22 de diciembre de 2009

Uso de polainas y gorro tipo peruano

Querido primo.
El invierno ya está aquí, y yo sin escribirte desde hace mucho tiempo, tal vez por pereza.
Tan sólo cuatro palabras (como empezaban las cartas de antiguo) para no perder el movimiento de las articulaciones interfalángicas de los dedos de la mano.
Como ayer empezó el invierno comunicarte, que aquí hay temperaturas de madrugada de -27 grados celsius.
Ya se que es increible, pero es.
A varias personas se le han congelado los depósitos de combustible de los coches (con mi hábil observación, diesel), y como solución remedio la población autóctona añade un litro más o menos de gasolina al depósito para que eso no suceda (bueno, otros remedios que me han contado es darle con el secador al lateral del coche donde se halla el dépósito, pero...)

Por otro lado contarte que el día antes de la primera gran nevada yo me compré unas polainas, y soy el más feliz y chulo de la ciudad y del pueblo.
Y el día después, cuando iba yo a comer con los chicos, me compré un gorro peruano con orejeras, tipología de gorros que nunca me gustó, pero éste me encanta...
Y es que los sombreros, como bien observé el Domingo, día del gran campeonato de mus al que según J llegamos a cuartos de final (cierto, pero algo sesgado), no tapan las orejas.
Besos primo, a lo mejor luego te escribo, cuando despierte del todo de la siesta y tenga más gracia.