Tan sólo te escribo cuatro palabras para saber de tu estado de salud, que últimamente me tiene muy, pero que muy preocupado.
Me consta de muy buena tinta que últimamente no te encuentras bien:
-No duermes en condiciones
- ni en buenas condiciones de lugar (condicionante de ambiente), ya que así duermes tanto en un salón con buena iluminación (la gente no parando de dar la puta luz), como en un colchón confort-no rest, como en posadas con las entradas de agua cambiadas (dale al agua calentita, que te va a salir bien helada)
- Me consta que últimamente no duermes con buenas compañias, vamos que te vas a dormir con cualquiera...osea, yo.
- Que te desvelas con facilidad: El Viernes te acostaste a las 5,30 y te despertaste a las 7,30 y a las 10,00. El sábado, como las tomas de los niños, 3,30 8horas y 11.
- No te preocupas por el equilibrio de tu temperatura corporal, y andas por ahí durmiendo medio desnudo.
-No te alimentas de forma equilibrada:
La tortilla española no es la base de una buena alimentación, tampoco el cochinillo (aquel que se acuesta sin haberse limpiado el culete después de una deposición monumental), ni la bollería industrial a elección de la camarera con un precioso tatuaje en el dorso de la mano.
Toma ejemplo de tu primo, que el sábado como persona formal que es, se acostó a las 23:00, como un señorito.
Que el domingo me comí un solomillo impresionante, tanto que lo he clasificado como el mejor de mi vida, con unas verduritas. Ese restaurante a las afueras es todo un descubrimiento.
Viajo con gente sana, no como tú, que me consta que de los tres que viajasteis de regreso a casa uno estaba medio mamadete (tú), y otro era un posible portador de una extraña cepa proveniente de un escape del CDC de atlanta.
Aparte de algunos pequeños detalles algo escabroso-escatológicos, primín, toma nota de tu primo que te quiere y cambia de hábitos.